Su soledad es una vieja enjuta rodeá de hijos de puta que se ríen de ella, y cuentan que un verano voló y se dejó el corazón debajo de la cama, le dijo que no volvería, que no la esperara.El badajo que hay en sus corazones, que no palpita, que pega voces, que está hasta el coño de mentiras y de roces.Bebe por gula, no por sedienta, le importa poco si fue uno o fueron cientos los paladares que echa de menos.
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