Siempre creí que un disco duro era un disco de Metálica, que las varillas del paraguas eran mágicas y los gemidos de las putas de verdad.Nunca me resigné a que los reyes magos fueran concejales, dibujaba siempre mi nombre en los cristales que daban al patio de luces de nunca jamás.Siempre creí que con cerrar los ojos nadie me veía, quise dar la vuelta al mundo en ochenta días y no salí de un parque de ésta mierda de ciudad.Me gustaba pensar que construiría mil castillos en el aire.
No quise crecer, mi callejón se olvido en casa la salida.Y al amanecer, mi primavera fue violada en una esquina.
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